Inclusión Financiera
Un Reto Para América Latina Que Puede Superarse
La pandemia ha sido ligada por las necesidades de adaptación y nos ha impulsado a actuar con dinamismo. En América Latina, la aceleración sobre la bancarización se convirtió en una prioridad postcrisis debido a su potencial impacto en diferentes aspectos de la recuperación. La crisis del COVID-19 ha recalcado la necesidad de acelerar este proceso como una herramienta clave para lograr el crecimiento inclusivo de nuestra sociedad.
El impacto de la exclusión financiera sobre los individuos y sus economías locales es extenso. Para muchas personas, impacta la adquisición de bienes y servicios que se encuentran a una distancia significativa o cuyo único canal de distribución es virtual. Implica no poder participar completamente en la economía local o mundial. Por otro lado, es difícil imaginar cómo cambió la vida de un pequeño empresario cuando sus clientes ahora prefieren comprar en línea y no acuden en persona a su negocio. Los pagos digitales pueden generar importantes beneficios para las personas y comunidades vulnerables, pero requieren un ecosistema que las integre, las anime y las apoye.
Alrededor del 80% de la población latinoamericana todavía usa efectivo y carece de los instrumentos para participar en la economía de pagos electrónicos
Kiki del Valle, Vicepresidente Sénior de Alianzas Digitales para Latinoamérica
Según datos del reporte Global Findex del Banco Mundial del 2017, el 45 % de la población adulta latinoamericana (aproximadamente 200 millones personas), no tenía cuentas bancarias. Esto es relevante, en la medida que una persona pueda tener acceso a un servicio bancario y poco conocimiento básico de educación financiera. Muchas de estas personas han trabajado duro toda su vida, y corren un riesgo grande de tener una mala experiencia. Esto conlleva a que muchas personas sigan eligiendo lo que ya conocen y decidan excluirse para no correr riesgos. Es por esto que más allá de garantizar el acceso, uno de los primeros retos que se debe abordar es desmitificar la idea de que los conceptos financieros hacen parte del ámbito de los especialistas.
El lanzamiento de iniciativas regionales de inclusión digital y financiera, pronto podrían ayudar a todos.
Una Solución Para América Latina: Tech for Good Partnership
«América Latina posee la ventaja de ser el mercado de teléfonos inteligentes de más rápido crecimiento a nivel mundial” ,agregala Vicepresidenta seniorKiki del Valle. En consecuencia, si a una persona se le brinda acceso a un servicio digital de pagos y se le enseña cómo usarlo, puede volver a comprar mercancía con solo una aplicación en su teléfono celular. Más aun, para ese pequeño empresario latinoamericano, si lleva un registro de transacciones con el cual demuestra responsabilidad en el manejo del dinero, este podría valer como historial de crédito y facilitar un préstamo bancario para mejorar su negocio.
Estas soluciones de inclusión financiera no son solo un ejercicio de imaginación, ya se están haciendo realidad el crecimiento inclusivo, el cual asegura que los beneficios de una economía en crecimiento se extiendan a todos los segmentos de la sociedad.
En 2015, Mastercard se comprometió a facilitar el ingreso de 500 millones de individuos excluidos en la economía digital y alcanzó esta meta a través de más de 350 programas en 80 países. Hoy en día, cuando el mundo se ve sacudido por una pandemia que podría acentuar la diferencia entre quienes disfrutan acceso a tecnologías financieras y quienes no, Mastercard duplica su compromiso para incluir otros 500 millones de individuos antes de 2025 y alcanzar la meta de mil millones. Además, la corporación patrocinará más de 50 millones de pequeños comerciantes, con especial atención en 25 millones de mujeres microempresarias para ayudarlas a hacer crecer sus negocios
En el caso especial de América Latina, Mastercard convocó a líderes en los servicios financieros y de tecnología para lanzar la iniciativa “Tech for Good Partnership”, un acuerdo sin precedentes para acelerar la inclusión digital y financiera en la región. Los socios de Tech for Good Partnership incluyen grandes bancos: Bancolombia, Banco Galicia, Citibanamex; y poderosos fintechs: Mercado Libre y PayPal.
Como ha explicado con cifras reveladoras Kiki del Valle, “El comercio electrónico en América Latina y El Caribe pasó de 126 millones de personas en 2016, a 156 millones de personas en 2019. En ese mismo tiempo, las ventas electrónicas se duplicaron, de US$40.000 millones a US$80.000 millones.” “En cinco años, la banca en América Latina será digital y personalizada”.
El objetivo final es el crecimiento inclusivo, enfatizando las necesidades de los individuos y las pequeñas empresas para un futuro más ágil, eficaz y seguro. Las ideas de mejorar el negocio y hacer el bien pueden ir de la mano. Hay un gran negocio en trabajar juntos para colocar a las personas en el camino de la prosperidad.