Ingeniería Que Desafía El Tiempo
El hombre siempre ha buscado superar los obstáculos que plantean las leyes de la física, la naturaleza, y nuestro propio cuerpo. Con esa premisa, la raza humana ha logrado despertar una voracidad extraordinaria por superarse y buscar nuevas marcas y retos en cada una de las áreas de la vida.
El atractivo de enfrentarse a los extremos de la naturaleza es un deseo recurrente que se ha vuelto más extremo a lo largo de la historia. Cuando los primeros buscadores de emociones y exploradores decidieron aventurarse en las profundidades del planeta, solo había una constante que los ayudaba: sus relojes. Ayudados por oxígeno de apoyo, o lo que pudieran contener en sus pulmones, se sumergieron en la oscuridad gélida del océano, donde unos segundos de más pueden ser la diferencia entre la vida y la muerte.
El reto era difícil pero no imposible: lograr bucear a una profundidad mayor a 300 metros con la confiabilidad de una pieza de relojería estable. En 1968, el deseo y frustración del buzo profesional Yo Oshima, expresados en una carta de queja a la casa de relojería Seiko, se transformó en un reto para crear una pieza que cumpliera con unas necesidades extremas específicas como la suya. El resultado, un hito que cambió la historia de la relojería: el reloj de buceo de 600 m.
Lo que comenzó como una decepción, llevó a la creación de uno de los epítomes de la relojería en el siglo XX: la línea de relojes de buceo de Seiko.
Creaciones a la medida para desafíos únicos
A lo largo de su historia, Seiko se ha enfocado en brindar el máximo de calidad, tecnología y materiales de la forma más eficiente posible para cumplir con los requerimientos de los profesionales más exigentes.
El caso del buzo Oshima marcó un punto de partida. Con información específica relativa a sus necesidades, que incluían ejercicios de buceo en plataformas petroleras marítimas, los ingenieros de Seiko se dieron a la tarea de emprender una aventura propia: la creación de una pieza capaz de resistir magnetismo, presión hidrostática, falta de luz en las profundidades del océano, y un agarre de sus correas que soportara las corrientes marinas. El reto de los buzos se convirtió en un desafío para la ingeniería.
Uno de los retos más importantes para los ingenieros, pero quizá poco conocido, fue el rediseño de las correas. El problema por resolver era quizá el más importante de todos: no perder el reloj en las profundidades del océano, y con esto, la capacidad de medir tiempos en las profundidades, donde un segundo puede salvar la vida.
Con los modelos anteriores, las correas tradicionales de PVC se endurecían y quebraban fácilmente por las bajas temperaturas en lo profundo del océano. Con una renovación de materiales y diseño, usando poliuretano y un diseño de acordeón inspirado en las cámaras fotográficas expandibles, Seiko se convirtió en la primera casa en proponer este material. Su idea fue seguida por la industria y se convirtió en un estándar en los años siguientes.
A la vanguardia del tiempo
Lo que comenzó como la queja de Yo Oshima para disfrutar de un reloj que le brindara garantías en su trabajo y vida cotidiana, se convirtió en una de las razones de existir para Seiko.
En junio de 1975 la marca lanzó al mercado su modelo más ambicioso: el reloj profesional de buceo 600m, que cambió los estándares de la relojería mundial. Además del logro de tener una pieza con tal capacidad de inmersión en el agua, la compañía generó 20 patentes y registros de diseño que sirven hoy de apoyo en relojería mundial. Además, esta pieza revolucionaria se convirtió en el primer reloj del mundo en incorporar una caja de titanio de doble tapa.
Casi una década después, en 1986, viendo la necesidad de más aventureros y retos más exigentes, era hora de ir por un desafío más implacable.
Es así como nace el reloj de buceo profesional de 1 000 m, que con un diseño y cambios innovadores en materiales, han llegado a lo más profundo de los océanos. Una de las más revolucionarias ideas implementadas fue la adopción de un movimiento de cuarzo, convirtiéndose en el primer reloj para buceo en el mundo con este tipo de tecnología. Esta transición permitió que los buzos y aventureros profesionales se olvidaran de la preocupación de que su reloj se detuviera durante una expedición, pudiendo enfocarse en su supervivencia con la confianza brindada por la nueva ingeniería de sus relojes.
Recientemente estos nuevos modelos de altísima capacidad han sido sometidos a pruebas de hidro-presión en vehículos no tripulados, funcionando perfectamente a profundidades de hasta 3 000 m.
Celebrando su 140º aniversario, Seiko retoma lo mejor de su historia y lo reinventa con el nuevo modelo de Prospex, un diseño que gracias a su tecnología ha llegado a los picos más altos del mundo como el Everest, el Aconcagua, recorrido el Polo Norte, y ha sido sumergido en las profundidades más recónditas del océano.
Conoce a fondo la línea Prospex, una colección de relojes con la más alta tecnología, que ha acompañado a los más grandes aventureros en la historia humana.
La foto principal es cortesía de JAMSTEC.
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