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Minería chilena: Innovación, sostenibilidad y liderazgo en el escenario global

Mientras Chile sostiene su posición como el mayor exportador de cobre del mundo, las iniciativas en energías renovables, eficiencia hídrica y reducción de impactos ambientales transforman al país en un modelo a seguir para la industria.


La minería ha sido, por décadas, el motor de desarrollo económico para Chile, situándolo como el mayor productor de cobre en el mundo y un actor clave en mercados globales. Este metal, fundamental para sectores como la construcción, la tecnología y la transición energética, ha posicionado al país como un proveedor estratégico en la economía mundial. En 2023, el cobre lideró ingresos mineros por más de USD 53.031 millones, lo que resalta su importancia económica estratégica para el país. Sin embargo, este liderazgo también impone responsabilidades: cómo equilibrar la relevancia económica de esta actividad con las crecientes demandas de sostenibilidad ambiental y social.

Los desafíos en materia de liderazgo y responsabilidades, fueron abordados durante los conversatorios realizados en el marco del encuentro Innomotics Minerals Week 2024. Y no solo desde una perspectiva internacional,  sino también respecto de Chile y la región andina.

A nivel local, la minería no solo sostiene la economía chilena, sino que define su identidad. Representa más del 20% del Producto Interno Bruto (PIB) y más del 55% de las exportaciones totales, aportando empleo directo e indirecto a más de 220.000 personas y beneficiando cadenas productivas como la logística y la construcción. Además, sus encadenamientos productivos extienden su impacto económico hacia sectores clave, como la manufactura y las energías renovables, demostrando cómo su influencia trasciende los límites de la industria extractiva.

Sin embargo, el desafío para Chile es doble. Por un lado, mantener su competitividad frente a otros productores emergentes, como Australia y Argentina, que buscan disputar su liderazgo en mercados clave, como el del litio. Por otro, avanzar hacia un modelo minero más responsable que responda a las exigencias medioambientales y sociales de las comunidades locales, los inversionistas internacionales y las regulaciones globales.

Cada vez más posicionados como actores estratégicos en el comercio internacional

Chile es el líder indiscutible en la minería de cobre, aportando un 24% de la producción mundial y consolidándose como el mayor exportador de este metal estratégico. El país lidera no solo en producción, sino también en exploración minera en América Latina, con un presupuesto regional superior al de Perú y Ecuador.

El cobre es indispensable para las tecnologías de la transición energética, como paneles solares, turbinas eólicas y vehículos eléctricos. Esto no solo garantiza la relevancia de Chile en el mercado global, sino que refuerza su posición como un socio estratégico para las economías que buscan acelerar su transición hacia energías renovables. Se estima que la demanda de cobre y litio aumentará progresivamente hacia 2030 debido a su uso esencial en tecnologías limpias.

El impacto de la minería en la competitividad de Chile trasciende lo económico. El país se ha convertido en un referente para las inversiones internacionales gracias a su marco regulatorio, la calidad de sus yacimientos y las innovaciones tecnológicas implementadas en las faenas. Proyectos de desalinización y uso eficiente del agua están marcando un estándar que otras industrias extractivas están adoptando como modelo.
 
Iniciativas público-privadas buscan maximizar la eficiencia, mejorar las condiciones laborales y garantizar que las operaciones sean ambientalmente responsables.
 
Hoy, la minería chilena no solo asegura ingresos sustanciales y empleos de calidad, sino que posiciona al país como un líder global en recursos esenciales para el desarrollo tecnológico y energético. Chile está sentando las bases para un modelo minero que equilibre productividad y responsabilidad, consolidando su papel como actor clave en la economía global.  

Innovando para una minería más sostenible

Durante el encuentro internacional de transformación minera, Innomotics Minerals Week 2024, uno de los temas principales fue la sostenibilidad. Este factor representa para la minería, uno de los mayores desafíos del sector, especialmente en un país como Chile, donde los recursos naturales sostienen gran parte de su economía. El país, sin embargo, se ha fijado metas ambiciosas, como alcanzar un 70% de energía renovable para 2030.

En la industria hay conciencia del rol y el compromiso que deben tomar los distintos actores. Así lo hizo saber en una nota presentada en el conversatorio de Innomotics Minerals Week, Iris Wunderlich, Project Leader de Minería y Sustentabilidad en la Cámara Chileno-Alemana de Comercio e Industria. “La minería es un proceso extractivo, y no devolvemos a la tierra lo que tomamos tal cual, por lo que la responsabilidad está en hacerlo de la manera más responsable posible”, sostiene Iris. Esta premisa ha impulsado la adopción de prácticas más eficientes y sostenibles, posicionando a Chile como líder en este ámbito.
 
Uno de los principales avances está relacionado con el uso de energías renovables. Actualmente, más del 60% de la energía utilizada en la minería proviene de fuentes limpias, según datos de Cochilco. Este cambio no solo reduce la huella de carbono del sector, sino que también fortalece la transición energética del país.

El uso eficiente de recursos como la energía renovable es clave para minimizar el impacto ambiental

añade Wunderlich.

La gestión hídrica se ha convertido en otro pilar crucial para la industria minera. Iniciativas como la desalación de agua y el reciclaje han permitido reducir significativamente el uso de recursos frescos en procesos productivos. Proyectos en el norte de Chile ya cuentan con plantas desaladoras que abastecen exclusivamente a operaciones mineras, evitando competir por el agua destinada al consumo humano o agrícola. Estas acciones reflejan un compromiso por garantizar la coexistencia entre la industria y las comunidades locales.
 
Sin embargo, la sostenibilidad minera no se limita al ámbito ambiental. Como señala Wunderlich, el término “responsable” abarca también dimensiones económicas y sociales. Esto implica trabajar estrechamente con las comunidades, fomentar el desarrollo local y establecer reglas claras que atraigan inversión extranjera sin comprometer los estándares ambientales. En este sentido, la minería chilena tiene una oportunidad única de liderar no solo en productividad, sino también en responsabilidad social.
 
Chile hoy trabaja con el objetivo de consolidar su liderazgo global en la producción de cobre y litio, y al mismo tiempo avanzar hacia un modelo que equilibre innovación, sostenibilidad y desarrollo comunitario. Este equilibrio será fundamental para asegurar el futuro de la minería en un escenario global que exige, cada vez más, compromiso con el planeta y las personas.