Volver a CNN

Transformación laboral en la nueva minería: Un futuro más inclusivo, seguro y equitativo

Con más de 2.300 practicantes y aprendices incorporados en 2022 y un 61% de mujeres contratadas a través de estos programas, la Gran Minería chilena refuerza su compromiso con la educación y la capacitación, promoviendo la inclusión y el liderazgo en un sector históricamente desafiante. Con una proyección de más de 34,000 nuevos empleos hacia 2032, la industria no solo impulsa la formación técnica y digital, sino que también se consolida como un motor clave de movilidad social y desarrollo en el país.


Aníbal es un joven profesional oriundo del popular Cerro Los Placeres, en Valparaíso, quien encontró en la minería no solo un trabajo, sino una plataforma para desarrollarse profesionalmente, conseguir sus sueños y seguir creciendo gracias al acceso equitativo que ofrece esta industria para los nuevos profesionales. 

Este ejemplo, que es parte de una serie documental llamada GroundBreakers y que se presentó en el encuentro internacional de transformación minera Innomotics Minerals Week 2024; ilustra cómo la minería chilena se está transformando en un espacio de oportunidades para trabajadores de diversas realidades, convirtiéndose en un motor de inclusión y movilidad social.

La minería no solo representa el 55% de las exportaciones nacionales y aporta más del 20% al PIB, sino que también redefine el concepto de fuerza laboral. El sector está adoptando una visión integral que prioriza la capacitación, la inclusión y el desarrollo de habilidades que trasciendan lo técnico. Esta transformación es un reflejo de cómo la minería no solo extrae recursos, sino que también cultiva talento humano.

El desafío no es menor. Si bien el 75% de la demanda laboral se concentra en ciertos perfiles técnicos, la industria reconoce la necesidad de incorporar liderazgos diversos y preparados para enfrentar un entorno global competitivo. Además, la participación femenina en la minería, que ha crecido al 17%, representa un cambio significativo en un sector históricamente dominado por hombres, pero todavía enfrenta barreras en la educación técnica y profesional vinculada a esta área.

Capacitación y liderazgo: el motor del futuro laboral en la minería

Otro de los temas abordados en los conversatorios de Innomotics Minerals Week 2024, fue el desafío de integrar los avances tecnológicos con la adaptación de la fuerza laboral y los datos son contundentes.
 
La minería chilena se enfrenta a un desafío sin precedentes: cubrir una demanda proyectada de 34.000 nuevos trabajadores para 2032. Este crecimiento, equivalente a un 36% más que lo estimado en el estudio anterior, responde tanto al envejecimiento de la fuerza laboral como a la entrada en operación de nuevos proyectos en regiones clave.

La distribución de esta demanda revela un panorama estratégico. El 75% de las nuevas contrataciones se concentrará en cinco perfiles técnicos esenciales: mantenedores/as mecánicos, mantenedores/as eléctricos, supervisores/as de mantenimiento, operadores/as de equipos móviles y operadores/as de equipos fijos. Estos roles, además de ser vitales para las operaciones mineras, destacan por requerir competencias específicas que actualmente presentan brechas significativas. Este contexto obliga al sector a priorizar la formación técnica y la actualización de habilidades.
 
En este marco, la capacitación emerge como una solución indispensable para enfrentar la escasez de talento calificado. En 2022, las empresas mineras ofrecieron más de 2.300 cupos para practicantes y aprendices, duplicando las cifras de 2018 y cuadruplicando las de 2020. Además, la tasa promedio de contratación de estos programas alcanzó un 24%, con un notable 61% de las contrataciones destinadas a mujeres, lo que demuestra el potencial de estas iniciativas para fomentar la inclusión y la equidad de género.
 
Pero la formación no solo se limita a los aspectos técnicos. La industria está invirtiendo en programas de liderazgo diseñados para preparar a trabajadores y jóvenes para asumir roles estratégicos.

La proyección de esta demanda laboral y las estrategias de formación asociadas no solo garantizan la competitividad del sector, sino que también consolidan a la minería como un motor de desarrollo regional y social. Al invertir en su capital humano, la industria asegura su capacidad para liderar los desafíos tecnológicos, económicos y ambientales del futuro.

Sentando las bases para un sector más inclusivo, justo y diverso

Mis expectativas siempre fueron ingresar a minería. Hoy llevo 9 años como ingeniero en prevención de riesgos, donde he podido crecer, pasar de ser un joven a un adulto joven ahora será padre. A mi hijo le quiero enseñar todos los valores que a mí me inculcaron, que con perseverancia y ganas se puede conseguir cualquier cosa

cuenta Aníbal Iannuzzi Núñez, ingeniero en prevención de riesgos, en Innomotics.

El caso de Aníbal presentado en los documentales de GroundBreakers, personas que rompen paradigmas, es inspirador. Esto pues representa el impacto transformador que tiene la minería como motor de desarrollo social. El joven porteño que creció con su abuela y su madre en una pequeña casa del Cerro Los Placeres, hoy espera a su hijo en un nuevo hogar, con comodidades que él no disfrutó.

Aunque nunca me faltó nada, porque tenía lo más importante. El cuidado y el amor de mi abuela y mi madre

recuerda, reforzando la importancia del apoyo familiar para lograr sus objetivos de crecimiento personal.

El sector ha comprendido que el acceso a nuevas oportunidades, el incentivo a la capacitación constante y la generación de espacios para la inclusión y diversidad no solo es ética, sino justa y estratégica. La combinación de perspectivas y experiencias distintas en equipos de trabajo mejora la capacidad de resolución de problemas y fomenta la creatividad.
 
Programas de inclusión, capacitación y mentorías están siendo implementados para garantizar que los talentos subrepresentados tengan acceso a roles de alto impacto. Esto no solo transforma la vida de las personas involucradas, sino que también fortalece a la industria como un todo, haciendo que sea más competitiva y preparada para los desafíos futuros.
 
La inclusión de mujeres en roles técnicos y de liderazgo es otro ejemplo del cambio cultural en la minería. Empresas globales como Innomotics en Pennsylvania están demostrando que los programas de equidad de género no solo generan oportunidades laborales, sino que también impulsan la innovación.
 
Otro de los casos que pudimos ver en el encuentro de transformación minera, Innomotics Minerals Week 2024, fue el caso de Becky.

Mi parte favorita de este trabajo es ayudar a crecer a las personas de mi equipo. Tomar a esa persona que tiene una chispa y se empodere para siempre querer ser más

relata Becky Bash, supervisora de Manufactura, en Planta Innomotics New Kensington, Pennsylvania, EUA. Becky comenzó como segunda supervisora, pero empujada por su jefatura, postuló a un cargo de ascenso dentro de la empresa para comenzar a liderar su grupo de trabajo.

«Espero que cuando mis nietas entren al campo laboral, no exista dominación de un género a otro, que simplemente puedan seguir una carrera que las haga felices libremente y sin preocupaciones», recalca.

La minería, tanto en Chile como en el mundo, está demostrando que puede ser mucho más que una industria extractiva. A través de la capacitación, la inclusión y la apuesta por el talento humano, el sector está construyendo un legado de oportunidades y movilidad social. Historias como la de Aníbal y los avances en la inclusión femenina son un recordatorio de que el verdadero capital de la minería no solo está en los minerales que extrae, sino en las personas que impulsan sus operaciones.
 
En un mundo cada vez más interconectado y diverso, la industria minera tiene el potencial de liderar el cambio hacia un futuro más equitativo e innovador. Las estrategias para integrar a trabajadores de distintas realidades y fomentar el liderazgo diverso son una inversión no solo en productividad, sino en un desarrollo sostenible que beneficie a las comunidades, la economía y el entorno en su conjunto.
 
Chile, particularmente, tiene una oportunidad única de consolidar este modelo, posicionándose como un referente global en la construcción de una industria minera más humana e inclusiva.